martes, 14 de febrero de 2012

Comparación de la Columna Trajana con "Fucking Hell" de los hermanos Chapman.



      En este ejercicio de la asignatura de escultura debemos realizar una comparación entre la Columna de Trajano y la pieza "Fucking Hell" de los hermanos Chapman, que podemos apreciar en este video:






Columna Trajana:









     Humildemente puedo decir:


     Conceptualmente ambas obras, tanto la columna Trajana como “Fucking Hell” de los hermanos Chapman, parten de la idea de la supremacía de un pueblo sobre otro, y de las atrocidades que puede llegar a cometer la especie humana contra sus semejantes. Sin embargo, en el primer caso, a pesar de que una de las intenciones de su relieve era poner de manifiesto la victoria de Trajano contra el pueblo dacio (las otras dos eran albergar sus cenizas y mostrar hasta donde llegaba el monte desplazado por el foro), el enemigo siempre es tratado con dignidad y respeto a pesar de la violenta situación que  se representa. No ocurre lo mismo en la pieza “Fucking Hell”, donde las escenas sangrientas y crueles están muy patentes. Vencedores y vencidos aparecen en ocasiones denigrados simbólicamente (compuestos por partes de animales) y a menudo con malformaciones (metáfora de la degradación de la especie  humana). En la columna, la metáfora se encuentra tanto en la representación de los Dioses como en otros elementos concretos, por ejemplo el Danubio, representado a través de una anciano.  Ambos coinciden  pues, aunque de distinta forma, en ofrecer una mirada a objetos que tienen valor por sí mismos y que se prestan a la vez a una interpretación personal del espectador.

     Otro de los elementos con los que la columna Trajana cuenta es la escultura situada en la cima. En un inicio ésta se trataba de un águila, pero posteriormente se cambió a la imagen del emperador Trajano (y actualmente a la de San Pedro). Es decir, la exaltación individual queda muy marcada en ese detalle y en el hecho de que la imagen del emperador aparezca un total de 59 veces en el relieve entre un número de 2500 figuras humanas. En la pieza de los hermanos Chapman no existe tal exaltación personal, ya que hasta la imagen  del que podría ser Jesucristo aparece  como uno de tantos crucificados sin rasgos identificativos o diferenciadores. No existen protagonistas ni imagen principal, se trata de una obra coral en la que todos los elementos tienen un valor por sí mismos idéntico a las demás figuras de la composición.

     Los relieves realizados en la columna narran una consecución cronológica de las batallas nombradas anteriormente. Así, encontramos momentos en los que a parte de la lucha, aparece la vida en las acampadas, la construcción de un acueducto o el asedio a una ciudad. Todos estos pasos pueden ser observados por el espectador de manera consecutiva, cosa que no sucede en “Fucking Hell”, donde toda la escena se presenta de manera simultánea creando, bajo mi punto de vista, un impacto visual más fuerte.
    
     A nivel formal, podríamos empezar hablando de la localización de ambas obras. Si tenemos en cuenta las intenciones mencionadas con anterioridad de las dos esculturas, es lógica su ubicación y dimensiones completamente distintas. Mientras la gigantesca columna de 30 metros de altura se encuentra enclavada en un lugar elegido muy concreto (en el Foro de Trajano, en Roma), la pieza “Fucking Hell”, de dimensiones mucho más pequeñas, es susceptible de movilidad.  Esta última, gracias a su tamaño, facilita la visión global al espectador más que la columna romana (aunque actualmente existen dos moldes de yeso de la columna, en Londres y en Bucarest, que permiten  su mejor observación).

     A pesar de contar con una  inscripción quadrata (mayúsculas cuadradas romanas) en el pedestal, los relieves de la columna en sí se comportan como una especie de “sintaxis” de imágenes. Esto es, narran de manera cronológica los hechos acontecidos a pesar de no existir en el relieve separaciones temporales gráficas. Así, el inteligente agrupamiento de los elementos que configuran las escenas ya denotan la separación y consecución temporal que se quería representar.  Respecto a este tema, E. Mâle, compara tiempo después el arte Medieval con una escritura o un lenguaje y F. Garnier habla del “lenguaje de la imagen” o el “lenguaje iconográfico”. Podríamos hablar de este tipo de escritura en la columna Trajana. Evidentemente, no sucede lo mismo en la pieza de los hermanos Chapman, en la que vemos una única escena inmediata desprovista de consecución temporal.

     Una consecuencia del factor anterior, es que el espectador debe, en el caso de la columna, adoptar un punto de visto único y concreto que va variando a medida que observa el relieve, es decir, debe llevar un orden lógico para la completa comprensión de la pieza. Sin embargo, en la obra de los Chapman existen infinitos puntos de vista desde los que el observador puede ir captando la multiplicidad de detalles de la escena expuesta.

     Otro elemento diferenciador entre ambas piezas es el marco en el que están inscritas o soporte de cada una de ellas. Mientras el relieve  se encuentra delimitado por la propia superficie de la columna, y dentro de ésta los límites verticales del total del friso escultórico de 200 metros de longitud, “Fucking Hell” se convierte en una especie de escenario sin delimitación espacial alguna ni marco que lo contenga. Este característica hace que en el primer caso se genere cierta distancia o alejamiento entre el espectador y la obra. En el segundo caso, el espectador parece poder sumergirse dentro de la pieza formando parte de ella a través de su observación. No obstante, a pesar de las diferencias generadas por los distintos soportes empleados, ambas coinciden en la ausencia de vacío entre sus figuras, generando una cantidad de espacios y matices sin tregua inventiva.

     Inicialmente la columna trajana estaba enteramente policromada pero el paso del tiempo ha deteriorado esta característica. Así, el volumen generado por este bajorrelieve se vale de su propia técnica y de la relación de luces y sombras que apreciamos en él (efectos de claroscuro). En cambio, la cantidad de colores y el volumen de las figuras en tres dimensiones de “Fucking Hell” elaboran esa

cualidad por sí mismas, sin necesidad de luces directas concretas (aún así, es cierto que una iluminación adecuada potenciaría el dramatismo de la escena).

     Otra cuestión a tener en cuenta es la perspectiva de ambas escenas. Mientras que los Chapman no se preocupan de este factor debido a la propia generación de él mediante la distribución de las figuras y el escenario en tres dimensiones en sí, la columna debía representar a los ojos del espectador esa sensación de profundidad. Aunque se consigue de manera magnífica con tan poco relieve (no se altera la línea arquitectónica de la columna en ningún momento), sí es cierto que se prestó poca atención a la perspectiva, utilizando varias diferentes en una misma escena.

     Podríamos destacar elementos concretos más obvios, como el propio material en las que están construidas las dos obras, que infiere un carácter muy concreto y distintivo a cada una de ellas, y que otorga o no cierta movilidad a los elementos que las conforman. Así, “Fucking Hell” está compuesto de figuras que podrían constituir obras en sí mismas, y que podrían estar ubicadas en otro punto de la pieza sin alterar demasiado el significado. No sucede lo mismo en la columna romana, donde es imposible, por el material y por su estricto orden, que sea susceptible de modificaciones.


     Estas son algunas de las características que enfrentan o equiparan a obras tan dispares como la columna Trajana y la pieza “Fucking Hell”, de los hermanos Chapman.

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