viernes, 22 de junio de 2012

Antoni Tàpies.


Biografía:      


          Antoni Tàpies, nacido en Barcelona en 1923, está considerado uno de los pintores, escultores, artistas de obra gráfica y teórico del arte español más importantes del S. XX en nuestro país.

          Nacido en una familia burguesa,  de padre abogado totalmente anticlerical y madre católica ortodoxa de familia catalanista, se crió en un ambiente liberal. La tradición familiar editorial y librera hace que Antoni pronto se aficione a los libros y la lectura.

          A los 18 años sufre de Tisis. Durante el tiempo de su convalecencia aprovecha para replantearse su vocación, ya que en su recuperación se dedica intensamente al dibujo. Se dice que los estados febriles que padeció en aquel entonces le provocaban frecuentes alucinaciones que serían determinantes para su obra.  Durante su estancia en el sanatorio de Puig D´Olena se refugió en artes como la música y la lectura de Niestzche o Ibsen, y realizó copias de Van Gogh y Picasso.

          Dos meses de iniciar sus estudios de derecho los abandonó para dedicarse de pleno al dibujo. Su formación se puede considerar autodidacta, pasando brevemente por la Academia de Nolasc Valls.

          En la década de los 40 ya expone sus obras, siendo la primera exposición el I Salón de Octubre de Barcelona, en la que participa con sus piezas Pintura y Encolado, de 1947.

          En 1948, y bajo la influencia de  artistas como Max Ernst, Joan Miró y Paul Klee, Tàpies se convirtió en uno de los fundadores de un movimiento conocido como Dau al Set, que se relaciona con el Surrealismo y el Dadaísmo. Este movimiento se nutre de diversas fuentes literarias, filosóficas y musicales. Sus primeras obras, pues, están clasificadas como Surrealistas, alrededor de 1951 pasa a la Abstracción Geométrica, pero en 1953 se decanta por el Informalismo.

     Tras la II Guerra Mundial y el lanzamiento de la bomba atómica, Tàpies se interesa por la materia, el polvo, la tierra, los átomos y las partículas, y es por ello que empieza a experimentar con nuevas técnicas en lo que al uso de materiales se refiere, totalmente ajeno a las expresiones plásticas academicistas del momento. Así pues, se convierte en el representante de la llamada “pintura matérica”, en la que los materiales empleados no están considerados como artísticos. Estos podrían ser cuerdas, polvo de mármol, papel o elementos de reciclaje y deshecho, por ejemplo.

     Entre los años 50 y 60, Antoni realiza una serie de imágenes provenientes de su entorno inmediato y que irán repitiéndose a lo largo de su evolución artística mediante diversas formas y múltiples significaciones. Su temática se centra en lo que se considera bajo y repulsivo recurriendo a imágenes desagradables, fetichistas o escatológicas.

          A finales de la década de los 60 y principios de los 70, y como siempre muy comprometido con los hechos políticos y sociales que se acontecen, en este caso la dictadura en España, el carácter de denuncia y protesta de sus obras se intensifica.

          A lo largo de los años 70 e influido por el Pop Art, comienza a usar elementos más sólidos en sus obras, como por ejemplo partes de sillas. Sin embargo, cabe diferenciar el empleo de elementos cotidianos entre los dos estilos, ya que en el Pop Art su intención es hacer una banalización de la sociedad de consumo y los medios de comunicación de masas y en Tàpies siempre está presente la condición espiritual y la significación de estos elementos como evocadores de un mayor orden universal. Se considera a Antoni Tàpies como precursor del Arte Povera, que emplea materiales pobres y de deshecho, aunque existen ciertas diferencias conceptuales en ambos estilos.

          A finales de los 80, se refuerza su interés por la cultura oriental que ya desde bien joven le había atraído. Su influencia filosófica es fundamental en su obra con temas como la identificación del hombre con la naturaleza y la negación del dualismo de la sociedad. Del mismo modo, una nueva generación de científicos llamarán su atención con ideas acerca del universo, en las que entienden éste como materia que configura un todo siempre cambiante y en fase de formación.

          Las obras de los últimos tiempos son esencialmente una reflexión sobre el dolor, tanto espiritual como físico, como parte necesaria de la vida. El paso del tiempo adquiere nuevos matices y configura un mayor autoconocimiento y una comprensión más clara del mundo.

          Paralelamente a su obra pictórica, Tàpies se ha desarrollado en muchos otros campos. Así, destacamos su labor como productor de obra gráfica, realizando una amplia serie de carpetas y libros de bibliófilo en estrecha colaboración con poetas como Alberti, Brossa, Dupin, Foix, Saramago, Zambrano… Sus primeros libros se apartan de los cánones de la bibliofilia: un  papel arrugado con dos manchas negras, un recorte de periódico, el fragmento de un sobre,… Aplica estrategias como la re-inscripción de los textos poéticos (Ej.: El poema-carta “T´envio el sis d´oros” aparece impreso y a la vez reescrito a mano en un lugar distinto, con tachaduras).

           Como ensayista ha dado lugar a varias publicaciones, como La práctica del Arte (1971) o El arte contra la estética (1977). Como teórico del arte ha publicado numerosos artículos en la Vanguardia, Avui o Destino.
También es autor de escenografías, como para la obra  “Or i sal” de Joan Brossa (1961)  e ilustrador de libros (sobretodo de Brossa).  También se ha dedicado al cartelismo, exponiendo sus principales obras en 1984.

          En 1990 abre la Fundación Antoni Tàpies para potenciar el arte contemporáneo. Esta institución también cuenta con un museo, una biblioteca y un auditorio.

          La valoración de este artista, tanto a nivel nacional como internacional, ha hecho que sus obras se expongan por todo el mundo llegando a recibir numerosos premios y distinciones. Algunos de ellos son: la medalla Picasso de la Unesco (1993), medalla de Oro de la Generalitat de Cataluña (1983) y el premio Velázquez de Artes Plásticas (2003). El rey Juan Carlos I llegó a nombrarle en 2010 Marqués de Tàpies como reconocimiento a su trayectoria artística.


Tàpies grabador:

       
          Es relativamente tardía la producción de obra gráfica de Tàpies. Es en 1959, cuando tiene 35 años, cuando nos encontramos ante una serie de estampas importantes y de gran formato, en las que empleaba la piedra litográfica. El motivo de esta nueva expresión artística podría deberse simplemente a un deseo de mayor difusión de sus obras, haciéndolas más asequibles para quien esté realmente interesado. Además, el uso de estos métodos tradicionales puede estar motivado también por su emocional aversión hacia las técnicas modernas de reproducción, esto es, su marcado distanciamiento del diseño industrial moderno. Curiosamente empieza a usar la técnica de aguafuerte al entrar con la galería Maeght de París, que dispone de un taller calcográfico. Las técnicas que más emplea en sus grabados son: litografía1, serigrafía2, aguafuerte3, grabado al azúcar4  y aguatinta5.

          A pesar de dedicarse al grabado, no introduce modificaciones bruscas ni abandona ninguno de sus logros anteriores relativos a su estilo. De hecho, Tàpies reacciona positivamente frente a la escritura, las letras y los signos gráficos, inclinación que se refleja mucho más en su obra gráfica que en sus pinturas.

                 
   
Características:


          Antoni Tàpies refleja fundamentalmente en sus obras una gran preocupación por el ser humano en aspectos como la enfermedad, el dolor, la muerte, la soledad o el sexo, dando una visión sencilla y cotidiana pero muy espiritual. Su concepción vital proviene de la filosofía existencialista que se basa en la condición material y mortal del hombre.

          El empleo de iconografía en sus  obras con significación alegórica relativa al mundo interior del artista. Estos símbolos podrían ser cruces, asteriscos, números, letras, figuras geométricas o signos caligráficos procedentes de Oriente.

          Otra característica es su austeridad cromática, empleando generalmente colores fríos y colores terrosos como el ocre, beig, marrón gris o negro.

          El empleo de texturas y volúmenes en sus obras también son un rasgo distintivo de las obras de este autor. Para ello, sobretodo, recurre a objetos cotidianos dándoles un significado personal.



Técnicas:


1.- Litografía:  La litografía es un procedimiento de impresión mediante el cual se reproduce sobre papel la escritura o el dibujo, realizado con tinta especial o lápiz graso, sobre la superficie de una piedra calcárea, de estructura especial, muy compacta y homogénea.
En la litografía se distinguen dos métodos: el calcográfico, en el que es el litógrafo quien escribe o dibuja directamente sobre la piedra, con plumilla de acero, y el planográfico, en el que el litógrafo "transporta" a la piedra, invertidos, los dibujos o escritos preparados sobre el papel, con tinta o lápiz graso (lápiz litográfico).El proceso de impresión se basa en la repulsión recíproca entre sustancias grasas o resinosas y el agua y en la propiedad que tiene la piedra de retener en cambio tales sustancias grasas. Tras obtener el dibujo sobre la piedra (directamente o mediante el transporte desde el papel), se humedece con una esponja la superficie de la piedra y posteriormente se pasa por ella una rodilla de entintar.
Las partes que constituyen el dibujo (grasas), que han rechazado el agua, retienen la tinta, que es rechazada en cambio por las partes húmedas de la piedra (espacios no dibujados). Luego se superpone una hoja de papel, sobre la que se ejerce la presión de un torno o, modernamente, la de un cilindro de la máquina de imprimir litográfica, obteniendo el traslado al papel de la capa de tinta que constituye el dibujo.


2.- Serigrafía: consiste en transferir una tinta a través de una malla tensada en un marco, el paso de la tinta se bloquea en las áreas donde no habrá imagen mediante una emulsión o barniz, quedando libre la zona donde pasará la tinta.


3.- Aguafuerte: base una plancha o lámina de aleación metálica, habitualmente de hierro, zinc y, más frecuentemente, cobre. Ésta se recubre de una fina capa de barniz protector, o de cera resistente a los ácidos. El grabador dibuja con un estilete de punta cónica muy afilada en esta capa de barniz, llegando justo hasta el cobre sin penetrar en él. Posteriormente se sumerge la lámina con su barniz en una solución de agua y  ácido nítrico esto es el aguafuerte propiamente dicho. Esta solución corroe el cobre en las zonas en que éste no está protegido por el barniz, y deja unos surcos. El tiempo de inmersión de la lámina en el ácido y la concentración de éste determina la profundidad de la línea en el grabado, otorgándole a mayor tiempo mayor valor.
Se retira el barniz, y la plancha ya está lista para el proceso de estampación.
Una de las ventajas de esta técnica sobre otras es que pueden corregirse los errores, o hacerse retoques. Lo más importante es no rayar el cobre con el estilete. Si se desea borrar una línea o dibujo basta con pasar por encima un pincel con barniz, y una vez se ha secado, se vuelve a dibujar.


4.- Grabado al azúcar: mezcla de tinta china con azúcar que ha de mezclarse hasta la saturación. Suele aplicarse dicha mezcla a pincel directamente sobre la plancha si se trata de trazos finos, en caso de zonas más amplias es mejor aplicarla sobre una plancha con resina (ya fundida).
Una vez que se ha secado la tinta procedemos a cubrirla con barniz (puede servir tanto el de retocar como el de grabar). Dejamos que este barniz esté seco antes de sumergir la plancha en agua caliente que disolverá el azúcar (con la tinta) dejando al descubierto el metal o la resina allí donde habíamos aplicado las pinceladas. Después la sumergiremos en ácido, siguiendo el procedimiento normal del aguafuerte.


5.- Aguatinta: proceso de grabado en hueco. Se exponen a la acción del ácido amplios segmentos de la lámina, creando zonas tonales más que líneas. Para crear un grabado al aguatinta, se rocían con resina ciertas zonas de la lámina y se calienta ésta para que la resina quede adherida. A continuación se sumerge la lámina en un ácido suave que disuelve la superficie en las zonas que no están cubiertas por la resina. Si el artista quiere que, una vez terminado el grabado a la aguatinta, algunas zonas queden más oscuras que otras, expondrá éstas a una acción más prolongada del ácido que acabará picándolas y así retendrán mejor la tinta. El método de la aguatinta resulta difícil de controlar y suele ser utilizado en combinación con las técnicas de aguafuerte y del grabado a punta seca.







Bibliografía:

-Galería de exposiciones del Banco de Granada. “Tàpies. Grabados recientes”. Banco de                       Granada. Granada, 1977.

-Fundación Antoni Tàpies y Obra Social Caja Madrid. “Tàpies. Escritura material”. Fundación Antoni Tàpies-La Casa encendida. Barcelona, Madrid, 2003.

-Fundación Antoni Tàpies. “Tàpies. Obra completa”. Vol. 7. Fundación Antoni Tàpies. Barcelona, 2003.

-www.fundaciotapies.org.

-www.tallerdelprado.com/autor.asp?IDAUTOR=62

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