lunes, 30 de mayo de 2011

Bodegón mediante veladuras en óleo.

El trabajo trataba de pintar con óleo un bodegón de clase. Como a mí no me hacía especial ilusión ninguno de ellos decidí hacer el mío propio, esto es, me llevé unos zapatitos.

Lo primero de todo fue realizar el encaje a carboncillo y dar luces y sombras a través de este material, configurando así la infrapintura que ayudará posteriormente a dar el volumen. Una grisalla de color siena en el fondo fue la base para ir añadiendo tonos. El trabajo con esta técnica, que para mí era la primera vez, resultó complicado, sobretodo por la dificultad de reproducir objetos y luces en algo tan pequeño. Así que decidí hacer el bodegón principalmente empastado y el fondo, eso sí, a través de veladuras mezclando tonos. El hecho de que el óleo tarde en secarse tiene sus beneficios (que puedes hacer degradados con facilidad) y sus inconvenientes (si necesitas que se seque para dar otra capa estás vendido!).

En cuestiones de composición opté por algo que para mí era muy importante, dejar a un tamaño reducido los zapatos y las huellas, porque lo que importa es lo que no se ve en el cuadro, pero que tiene su espacio reservado.

El significado? Que cada uno lo interprete como quiera. Alguien en el tren lo calificó como "la involución de la mujer". No iba desencaminado....



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