Las primeras monedas de la historia se realizaban mediante la introducción de metal fundido en un molde.
El término "acuñar" se otorga a la acción de imprimir y sellar una pieza de metal por medio de un cuño o troquel convirtiéndola en moneda. Han existido diferentes técnicas para realizar dicha operación.
Desde la época griega hasta el S. XVI las piezas se acuñaban a martillo, colocando una pieza de metal calentada entre dos troqueles, uno situado en la parte inferior y otro en la superior, y golpeando a éste último con un martillo para imprimir la moneda.
Alrededor del S. XVI se introduce la acuñación a molino, dos cilindros dispuestos uno encima del otro que llevan grabados en hueco las caras de la moneda, y entre las cuales se introduce la lámina de metal. La presión de los cilindros de los molinos accionados con una manivela acuñarían la moneda. Finalmente quedaría recortar las piezas.
En este mismo siglo se emplea también otro método, la acuñación por balancín, que no es más que la acuñación a martillo mecanizada.
Hacias 1850 aparece el torno mecánico, sistema en el que se basan las maquinas modernas de acuñación.
Partes de la moneda:
-
Anverso o cabeza: lado de la medalla en que figura el asunto principal.
-
Reverso: el lado opuesto al anverso.
-
Campo o área: espacio que se extiende entre el asunto y la leyenda.
-
Inscripción: propiamente dicha, es la grabada en línea recta sobre el área de la moneda.
-
Leyenda: inscripción que va siguiendo el contorno de la moneda.
-
Tipo: bustos, imagen o figura representada.
-
Epígrafe: cifra que está sobre el tipo.
-
Exergo: palabra que está en línea recta debajo del tipo.
-
Símbolos: son los asuntos accesorios y emblemáticos.
-
Cordón: borde de la moneda.
-
Gráfica: serie de puntos que rodea el campo.
El término "liga" se refiere a la cantidad de cobre que se mezcla con el oro o la plata para darle la dureza necesaria.
"Volumen" es el grueso o espesor de la moneda.

Para la fabricación de nuestra moneda en clase debemos comprar varillas de metal. Tenemos dos tipos: plomo, estaño y bismuto (maleable y barato), y estaño y bismuto (más duras y caras). En Madrid se pueden comprar en la tienda
Feroca.
Fabricaremos el molde de escayola empleando cualquier cilindro de unos 10 centímetros de diámetro. Sellaremos su parte inferior para que al verter la escayola ésta no se salga por las rendijas (para esto bastará cinta de carrocero o similar).
Primero haremos la parte inferior y dejaremos que endurezca. En ella marcaremos ligeramente el contorno de la moneda con un punzón o aguja y los bebederos (uno grande para introducir el metal líquido y dos laterales para que salga el aire al echar el metal). Éstos deben tener una ligera forma de embudo. También marcaremos una serie de llaves en el exterior del molde para que al realizar la parte que lo completa ambas encajen con exactitud. Una vez hecho esto pasamos a hacer la parte superior del molde con otro vertido de escayola. Las dos partes quedarán separadas (al juntar escayola seca con líquida no se unen) y las marcas realizadas en la parte inferior quedarán impresas en la superior (así nos encajará el tallage).
Ya con el molde preparado procedemos a tallar nuestro diseño con sumo cuidado empleando agujas, gúbias,... Haremos que la moneda tenga un grosor de 2 mm. aproximadamente. Hay que tener en cuenta que el grabado será en negativo.
Una vez acabado el diseño impregnaremos con un pincel un poco de grafito en polvo diluído en alcohol de quemar, evitando ligeramente que el metal se pegue a la escayola y así ralentizar el deterioro de el molde con las repeticiones de fundición. Quemaremos con un mechero el líquido incorporado.
Preparamos el hornillo con el cazo para fundir el metal. Introducimos la varilla cortada en pedacitos y lo tapamos con un fieltro. Todo este proceso deberá ser llevado a cabo con guantes de ferretería para nuestra protección.
Cuanto menos fría esté la escayola menos contraste hará con el metal hirviendo y se evitarán dilataciones del material (para esto podemos dejar el molde un ratito al sol,...). Unimos las dos partes del molde y las sujetamos fuertemente con una goma que impedirá que se muevan. Colocamos en molde con la boca hacia arriba entre dos piezas que lo sujeten bien (ejemplo, dos piedras).
Vertimos en metal lentamente. Es probable que salgan burbujas por la temperatura. Llenaremos la cavidad hasta que veamos que el metal ya llega a la superfície. Dejamos que se enfríe unos 5 minutos y listo para abrirse!
Sólo quedará lijar los restos de los bebederos y la forma redonda ligeramente. Si queremos podemos pulir determinadas zonas para sacar brillos y matices.
Mi moneda de la suerte: mi cara y mi "reverso"!